Manejo Holístico de Plagas (MHP), basa su estrategia en el bienestar de la gente y la toma de decisiones en riesgo, una característica clave que lo diferencia del manejo convencional de plagas (Barrera 2006, 2020 a, b). En este caso, el riesgo se determina mediante un índice, el cual ha sido denominado Índice Holístico de Riesgo o IHR (Barrera et al. 2007, 2018; Barrera 2006, 2020 a, b). Este índice se calcula con información que procede de la amenaza (A), la vulnerabilidad (V) y la capacidad de respuesta (C), a través de la siguiente ecuación: IHR = (A+V) / C. Esta ecuación integra variables e indicadores económicos, sociales y ambientales, de allí el calificativo de “holístico” en su nombre. Además, despejando la capacidad de respuesta de esta ecuación, es posible hacer una estimación aproximada de la resiliencia.
Aunque el IHR se ha aplicado principalmente a casos de amenazas como las plagas y enfermedades del cultivo del café en México, Honduras y Colombia, tiene la particularidad de adaptarse para determinar el riesgo a otros tipos de amenazas como cambio climático, sobre pastoreo o inundaciones (Barrera 2020 a, b). Con base en la versatilidad del IHR, ahora proponemos adaptarlo y aplicarlo al caso de la pandemia del COVID-19.
En particular, nos interesa determinar el riesgo de contagio y letalidad a esta enfermedad epidémica por parte de agricultores y sus trabajadores o jornaleros agrícolas. Ambos grupos son potencialmente más vulnerables al COVID-19 que grupos de otros sectores sociales y económicos, de allí que requieran una atención diferenciada. Por ejemplo, muchos agricultores son adultos mayores de sexo masculino, con baja escolaridad, de pueblos originarios, con bajos ingresos y que habitan en zonas rurales montañosas alejadas de los servicios médicos, en caso de hospitalización. En cuanto a los trabajadores de las fincas, su grado de vulnerabilidad al COVID-19 podría ser mayor ya que su situación económica es aún más precaria. Además, se espera que la exposición de los trabajadores agrícolas al coronavirus sea mayor porque muchos son contratados temporalmente en grandes cantidades para, por ejemplo, levantar las cosechas; esto implica el desplazamiento de los trabajadores –con familias incluidas en muchos casos– de sus lugares de origen a las plantaciones agrícolas y un contacto físico estrecho entre ellos y en condiciones sanitarias e higiénicas deficientes durante el desarrollo de su trabajo.